viernes, 29 de junio de 2018

Coleccionismo

     Comencé en la infancia y casi de forma compulsiva a coleccionar los cromos de la liga, las firmas de los jugadores en mi balón de reglamento, las patadas en la espinilla y algunas en la boca del estómago.
       Después, con la adolescencia, llegaron las chapas de las botellas con sus caras impresas,  alguna bandera,  los primeros besos y los desengaños
    Con el primer sueldo se sucedieron las bufandas, las equipaciones, las llamadas sin respuestas, los tequieros en papel mojado.
       Me acosté con un entrenador, tres jugadores, un árbitro, el chico que cortaba el césped del campo los domingos por la mañana… y a todos esos fracasos amorosos les sumé los hijos que no tuve, las caricias bien dispuestas y ordenadas en el cajón de mi mesilla, la colección de cartas que nunca escribí y la bala que como buen cobarde, no he sabido gastar.

Para #Historias de Futbol de Zenda
(imagen tomada de la red)

jueves, 21 de junio de 2018

Thriller

Los dejaremos entrar en nuestra habitación esta noche, cuando salgan del jardín. Con la luz de las linternas en nuestro rostro, les daremos un buen susto y cuando recuperen el aliento jugaremos al póker con los billetes del Monopoly y reiremos con algún chiste macabro. Eso sí, sin montar mucha bulla para que no se entere mamá.
Ella dice que no existen, que siempre estamos contando cosas de esas y lo dice con esa voz dormida que se le quedó cuando se fue papá, con los ojos perdidos y con una mueca casi de asco que le produce hablar de muertos vivientes.

Otra final mensual para este lunes. El voto popular no es decisivo pero es importante. Si quieres votar por mi relato puedes hacerlo AQUÍ indicando "Semana 30"


viernes, 8 de junio de 2018

Viernes creativos

El zumbido de un insecto se acerca a mi oído cuando el muecín inicia la llamada a la oración desde lo alto del minarete. Los hombres, tras la ablución, comienzan el rezo.  La laxitud de mi piel y el respeto por sus costumbres me impide moverme pero no imaginarte. Me cedo a la calma y en la belleza de lo onírico vuelvo a recordarnos desnudos.
El insecto insiste, derrumba el sueño. De entre sus escombros la luz esboza  las aristas de nuestra cama que dejaste vacía. Mi cabeza da vueltas como un derviche danzante, te imploro, te rezo, como una oración, como acto de fe.

Para los viernes creativos del "Bic Naranja" hoy con imagen de Dirce Hernández