miércoles, 29 de julio de 2015

Aquellos maravillosos radios

“Para siempre” nos dijimos sellando el beso a navaja. Clavándole nuestras iniciales al manzano que sujetaba las bicis.
Aprendí a volar en su GAC, como ET con Elliot, sin necesidad de alas, sin preocuparnos de si había red bajo nuestros pies. Emprendimos el más arriesgado de los viajes, a ciegas, como sólo puede hacerse la primera vez, sin valorar el impacto de la caída. La bici sin frenos nos llevó hasta la luna, le acariciamos el corazón a Plutón.
“Para siempre” nos dijimos, y volví cada verano a los pies del árbol para comprobar que los calendarios, así como las promesas, también son de hoja caduca.

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domingo, 19 de julio de 2015

Parchís



A veces eras azul,
Como las olas que rompes en el malecón de mi almohada,
como el Danubio que contemplan los enamorados.
Azul como la sangre de los hipócritas.

Otras, elegiste el verde,
tu favorito.
Como el prado donde siempre quisiste hacerme el amor.
Verde como algunos viejos, como el perro, como mis ojos,

Probaste también del amarillo,
Nunca supe si para brillar o para cegarme.
Amarillo como una falta leve,
como los cercos en el mantel que dejamos de compartir.

Comprobaste lo bien que te sentaba el Rojo,
como la ropa interior de un sábado cualquiera,
como la pasión, como la lengua, como el carmín entre tus dientes,
como mis ojos tras tu partida.

Y entre tanto yo fui dado,
entregado a tu suerte.
Con 6 caras dispuestas,
a  contarte 10 o tal vez 20.
y avanzar hasta llegar a casa,
y comerte.

Imagen tomada de la red