sábado, 13 de mayo de 2017

Diluvio

Llovió durante días, quizá durante meses. De forma borrascosa, torrencial, húmeda, abundante, lo más cercano al diluvio universal, con la única diferencia de que éste sólo fue local, más bien muy localizado. 
Sólo llovía en casa, concretamente en la habitación, sobre la cama.
Las nubes no dieron descanso. Los truenos, de tanto sonar, aprendieron a hacer melodías y los paraguas a bailar su son. El hombre del tiempo cambió de oficio por aburrimiento. En los pliegues de las sábanas anidaron peces de colores y el parqué, además de hacerse flotante, se cubrió de musgo.
Siguió lloviendo hasta el día en que tú también quisiste emigrar como las aves. Echaste a volar y se produjo la calma, la maldita calma.


Imagen de Constantina @focuscada

sábado, 6 de mayo de 2017

Ad infinitum

Es en su boca
donde da comienzo la primavera,
el estallido estentóreo
de las aves
afinando sus picos.
La seducción sublevada
abriéndose paso
entre las hojas retoñadas.

Es en su piel
donde abril se hace tormenta
y la lluvia,
torrente que embravece,
que me arrastra
en perpetuo bucle
de nuevo a su boca.

Y es así,
entre floración y floración,
que van pasando los años
pero el deseo no.


jueves, 4 de mayo de 2017

Hijo de la luna

8 de diciembre de 1980, día de la Inmaculada Concepción y yo de parto. Con contracciones cada cinco minutos que me hacen maldecir el santoral completo y la hora en que te conocí.
El taxista, que ya se ha visto en alguna similar, exhala conmigo como un perro fatigado mientras mira al cielo no sé si para invocar la ayuda de la virgen o la de la luna.
Finalmente, con la banda sonora de Mecano en la radio, el niño saluda al respetable apostado en la puerta del taxi y de un berrido acalla la sirena de la ambulancia, que como tú, también llega tarde.