Día 266. El calor parece afectar mis órganos, la falta de
oxígeno dificulta mi respiración, esta oquedad me asfixia cada vez más, la
huída ha de ser inminente.
A duras penas puedo atisbar la luz, pero oigo voces. Unas
manos me esperan al final del túnel, tiran de mí con fuerza.
Una gota cae sobre
mí, es una lágrima.
- Es un niño precioso,
le dicen a una mujer que me acoge en su pecho.
A mí el cuento me lo contaron de otra forma...
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