El amanecer se perfilaba angosto, de aire denso, corrompido; mi hermano no
cesaba de gimotear en la cuna que algún día fue mía. Olía mal, a babas, a restos de leche en su pijama, a
heces. Traté de avisar a mis padres, pero no me atreví a abrir su puerta. La
música espantaba hasta a la mugre que se había hecho fuerte en la madera, el
humo del tabaco se colaba por las bisagras y el hedor del whisky irritaba
nuevamente mi pituitaria.
Volví a la habitación pasando primero por la cocina. Unas
tijeras con las que mamá despiezaba el pescado me servirían.
Corté su dedo pulgar, para que dejara de chupárselo, para
que no encontrara consuelo y lloró. Fuerte, enérgico, con hipo. No fue
suficiente, la risa histriónica de mi madre envolvía el eco del bebé. Traté de contar ovejas para dormir, pero
preferí sus dedos. Tomé su otro pulgar.
-8, qué bonito. Como el infinito al revés.
Este relato ha sido seleccionado para esta antología homenaje a Charles Bukowski. La noticia ha sido aún más agradable al saber que comparto publicación con Miguel Jiménez Salvador, Purificación Menaya y Nicolás Jarque entre otros. Un lujo.
Pues enhorabuena, si te han incluido en el libro. El realismo sucio no me gusta nada, por que no creo que me aficione a Bukowki. De tu relato no puedo decir nada.
ResponderEliminarTampoco es que el realismo sucio sea Santo de mi devoción, pero tampoco soporto a Cenicienta. A veces es divertido sacar lo peor de los personajes, aunque en mi caso sea un niño.
ResponderEliminarRespecto a mi relato, siéntete libre y escupe. No sólo acepto, sino también valoro las críticas.
Dorarme la píldora no siempre saca de mí una sonrisa.
Besotes maestro.
Es que no sé que decir, chica, aparte del "no me gusta". Si los seguidores de este realismo sucio lo han considerado bueno, pues eso, felicitarte. Por cierto, Cenicienta molaba cuando estaba entre fogones, sucia la cara y maltratada por sus hemanastras, ¿a que sí? (jeje, es una broma)
ResponderEliminarQuerido Ximens, la simplicidad del me gusta o no me gusta, dejemoslo para las redes sociales. En los cuentos, como en la vida real, los que "molan" son los que no se ensucian, a los que no se maltratan, hablo de personajes masculinos. Estos sí viven vidas de cuento.
ResponderEliminarPara mi próxima reencarnación me pido rana.
A veces el realismo sucio limpia mucho. A mí sí me ha gustado, quizás porque muchas veces también hago uso de ese realismo para dejar paso luego a la claridad.
ResponderEliminarEn este caso también hay un punto macabro bastante grande, ¿ por qué no?, ¿quién dijo que la vida fuera maravillosa?
Me ha gustado (y mucho).
;)
Manejas con destreza el puntito "sucio" en tus relatos. Deberías haberte unido a esta pandilla de osados que hemos querido acercarnos al universo de Bukowski.
EliminarLa vida no es un camino de rosas, pero a veces uno tropieza con trocitos de cielo que le dan fuerza para seguir el viaje.
Gracias por estar siempre mimando estos retales, pulga. Eres un cielo.
Besos.
Muchas gracias Piel por tus ánimos.
EliminarNo sé qué era este concurso , vamos ni me enteré...
Mimo los retales porque creo que se lo merecen pero ten por seguro que cuando lea algo que no me guste (y me queda mucho tuyo por leer) también te lo diré aunque evidentemente será sólo mi opinión y sólo éso.
Estoy de acuerdo con el comentario que te ha dejado Miguel Jiménez Salvador.
Besos.
(se me coló el acento en ese "eso" final...
EliminarOlé Raquel, me alegro de que te hayas animado.
ResponderEliminarTampoco es que yo sea fan de este tipo de literatura, pero a veces me gusta ver que los protagonistas se salen de lo "políticamente correcto", y creo que un relato no es mejor, ni peor, en función de la forma de actuar de sus personajes. También hay historias que no pueden acabar de otra forma, como en este caso la tuya, con ese entorno en el que crece tu personaje y que me parece que perfilas muy bien.
Bravo Raquel, suerte con el resultado del concurso.
Un beso en la piel.
Me animé leyéndote a tí y siguiendo el enlace que pusiste en tu blog.
EliminarEs cierto que hay historias a las que no se les puede dar otro final, aunque sea cruel o políticamente incorrecto.
Besotes y mucha suerte para tí también.
Enhorabuena Raquel, me alegro de que te seleccionaran, y de poder compartir esta publicación, y si además te animaste leyéndolo en mi blog, alegría doble.
EliminarUn besazo en esa piel.
Enhorabuena, Raquel, es de los pocos que leí cuando puse el mío y me impactó, está muy bien ambientado, se ve la escena claramente y dice mucho sobre como tratan los padres a esos niños. Hay realidades que son sucias, como esta y que merecen un tratamiento duro y cruel aunque pueden herir sensibilidades. Quizá lo que no me cuadra es que esté contado en primera persona, por el niño, por el tipo de lenguaje, a lo mejor en 3ª persona sería todavía más real.
ResponderEliminarGracias Puri. Decidí hacerlo en 1ª persona por tratar, no de justificar actitudes, sino de intentar llegar a comprender algunos comportamientos.
ResponderEliminarHay realidades muy sucias a las que les damos la espalda, pero están ahí.