Ya no podíamos contar con él,
era un gallina.
Parecía valiente cuando le
mandamos ir a robar los tomates de Zacarías y éste le sacó de la huerta a
escopetazos.
No parecía tan cobardica cuando accedió a
colarse en los baños de las chicas y bajarse durante 10 segundos los
pantalones.
Superaba las pruebas sin demasiada dificultad,
excepto cuando le dije que me besara. Fue ahí cuando le vi temblar por primera
vez.
Fotografía tomada de la red.
El título obedece a la frase "Cobarde, gallina, capitán de las sardinas". Quizá no usado entre los crueles niños de toda España, pero en Castilla es todo un clásico.
Un "clasicazo", dí que sí. Qué tiempos.
ResponderEliminarPor otro lado y hablando del micro, ¿mira que pedirle un beso? eso es llevar a la gente al límite.
Ni Rambo en sus mejores tiempos
Es que hay cosas y cosas.
ResponderEliminarGenial, Raquel
Ay, qué tierno. La frase la conozco, claro.
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