De nada
sirvió que aquel viaje le convirtiera en el niño más famoso, que su foto diera
la vuelta al mundo.
Él fue náufrago y mensaje en la botella, refugiado y morador de conciencias. La marea lo escupió porque el mar no fue capaz de tragarse tanta pena.
Ya nadie habla de él, ni de los demás, quizá esto también sea cosa del cambio climático.
Él fue náufrago y mensaje en la botella, refugiado y morador de conciencias. La marea lo escupió porque el mar no fue capaz de tragarse tanta pena.
Ya nadie habla de él, ni de los demás, quizá esto también sea cosa del cambio climático.
Fragmento de una viñeta de Gallego & Rey
Escalofriante...Siempre removiendo las 'ñañas', Piel. Besos gigantes.
ResponderEliminarOjalá las letras pudieran remover conciencias.
EliminarBesazos
Este mundo nuestro desata pasiones y sentimientos colectivos tan pronto como los sepulta. Habría que dar una patada en el suelo para no vivir tan deprisa ni olvidar tan pronto, aunque para paliar algo esta situación están las letras, y más si son buenas como éstas.
ResponderEliminarUn relato genial y un despojo inmerecido
Un abrazo, Raquel
La memoria es efímera de forma consciente, en fín, patalearemos y escribiremos.
EliminarAbrazos de vuelta.
Doble enhorabuena, por el buen relato y por no dejar que cosas importantes caigan en el olvido. Un beso.
ResponderEliminarQué buen recuerdo y homenaje has hecho. Me ha gustado mucho tu micro, Raquel.
ResponderEliminarBesicos muchos.