miércoles, 17 de octubre de 2018

Sine die

Por mi aniversario, me telefoneó mi madre. Hablaba con latinajos como siempre que está nerviosa. Con una voz un tanto sui generis.
A priori sé que es por deformación profesional. Grosso modo, cuarenta años en un despacho de abogados hacen mella en la forma de comunicarnos. Me quedé in albis tras su oratoria y le dije que se calmara. Ipsofacto cambio el modus operandi y motu proprio comenzó a hablarme más despacio.
Ya sabes la constitución enclenque que tiene tu padre, su conditio sine qua non para contraer todas las enfermedades. Pues bien, ha salido a la calle in puribus, vamos, como su madre le trajo al mundo. No a luchar por los derechos de la ciudadanía, que lo entendería, sino por los de los animales. 
Otrosí digo, continuó, que sepáis que un día cojo la maleta y alea jacta est, vamos que no me volvéis a ver el pelo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario