Le concedieron un deseo, el último.
Las premisas fueron varias. El deseo ha de ser…
- Corto. - No será tanto como mi minifalda- pensó Mariano viendo como su vello traspasaba sus medias de lycra.
- Signifcativo.- Como los tacones que me puse esta noche.
- Trascendental.- Como el último beso, el que quiero dar ahora.
Marian, como así le llamaban en aquel tugurio clandestino, tomó a oscuras las manos de su ejecutor y aún con la ceguera de la incomprensión, encontró su boca.
Un intento infructuoso, otro más, de alcanzar los laureles de los Relatos en cadena
Buen intento. El único inconveniente que le veo es que su comprensión como oyente es más complicada que como lector y eso pudo perjudicarle en las opciones.
ResponderEliminarBuen trabajo.
Un abrazo.
Concuerda mi opinión con la de Pedro porque no solo auditivamente puede complicar el significado si no que leyéndolo a la primera te quedas un poco fuera de juego sin saber por donde va la cosa.
ResponderEliminarEs mi modestísima opinión.
Besos opinables.
Pues a mí me ha encantado y mucho valga la redundancia.
ResponderEliminarEl escenario, la acción, el personaje y el beso final.
Me encantó.
A partir de ahora te persigo en tu blog.
Invitada quedas al mío Montesinadas y quédate si ves que hay algo con merecimiento de ser leído.
Achuchones
http://montesinadas.blogspot.com.es/