Erase una vez una historia de amor, una de tantas, pero esta
vez, mi Reina, quiero que la escuches de mis labios.
Desde mi posición he podido observarte caminar grácil, te he
visto abatir a otros, derrumbar torres inexpugnables, desplazarte en el campo
de batalla sin despeinarte y sin mostrar misericordia.
Hoy vengo a inmolarme, hoy me entrego y te dejo paso para
que esta partida termine cuanto antes, para que esas manos que controlan
nuestro destino, nos devuelvan cuanto antes a nuestra morada y pueda hacerme
hueco entre los demás para sentirte cerca.
Lucha, sé fuerte, dame jaque.
Imagen tomada de la red
Este texto forma parte de mi intento infructuoso de alcanzar los laureles del REC de la temporada.
La vida como un gran damero.
ResponderEliminarMe gustó mucho Raquel.
Un beso en la piel.
Me ha gustado; el tono y el vértigo de la prosa, el guiño final. Enhorabuena.
ResponderEliminarGenial!
ResponderEliminar;)