Pero esta vez, ella lloró.
Tres infartos cerebrales, un año y dos meses postrada en una
cama, seis intervenciones quirúrgicas, cien remedios naturales, un chamán, y
miles de besos de familiares y amigos sirvieron para nada.
Ni un gesto, ni una mueca, ni un temblor perceptible en sus
músculos hasta ese día.
Nunca supimos quien fue aquel tipo de aspecto extraño que
sin mediar palabra se acercó hasta sus labios para hacerlos suyos por unos
segundos. Desapareció al mismo tiempo que lo hicieran definitivamente sus pulsaciones,
con las lágrimas desnudas deslizándose hasta la boca.
Detalle del "Descendimiento de la Cruz" de Roger Van der Weyden
Hasta en los peores momentos, el amor siempre, como el agua, encuentra un lugar por el que filtrarse, aunque sea en forma de lágrimas.
ResponderEliminarMe parece un gran micro, que resuelve una situación dramática con una buena dosis de ternura.
Besos.
Gracias Juancho. La ternura, como el dinero, no resuelve todo pero ayuda mucho.
EliminarBesos de vuelta.
Que la parca venga a llevarte con un beso sí que es un promesa de paz.
ResponderEliminarDuro y tierno a la vez, aunque parezca difícil de conjugar. Muy bien Raquel.
Un beso en la piel.
En realidad el beso de ese hombre es lo que hace que por fín descanse en paz. Es lo que ella espera para poder emprender su viaje.
EliminarNo pensé en la parca vestida de "tipo extraño", pero me gusta tu análisis.
Gracias Miguel por estar siempre pendiente de estos retales.
Hola Raquel. La primera parte me gusta mucho. El desenlace es triste, pero lo planteas de una manera muy valiente, intentando dulcificar el amargo final de una amarga historia. Enhorabuena. Mucha suerte para el siguiente. :)
ResponderEliminarYo creo que la muerte no es la parte más dura del relato, sino todo lo contrario.
EliminarLa primera parte a mí es la que me desgarra la piel. Pero en esto de los finales, como en los colores, para gustos...
Gracias Juan Antonio, suerte a tí también.
Qué bien encajan palabras e imagen, tan requebrajados y rotos ambos.
ResponderEliminarA falta de foto, esta imagen se vino a mi mente desde la primera línea.
EliminarGracias por tu paseo en los retales, Luisa.
Un final sobrecogedor y que necesita una explicación, o no, pues la vida y la muerte son así. Está muy bien hilvanado y resuelto. ¡Felicidades por este REC!
ResponderEliminarSi me lo permites, el 3 del inicio creo que sobra y debería escribirse en letra.
Un abrazo.
Un honor verte por aquí, Nicolás. Enmiendo de inmediato ese 3 que se coló sin querer en número. (los vagos somos irremediables.).
ResponderEliminarAbrazos de vuelta.
A mí me ha gustado muchísimo este micro Raquel, has ido más allá del cuento. El "príncipe de aspecto extraño" despierta a la Belladurmiente a otra vida...quiero pensar que esas lágrimas eran de felicidad, porque si fueran de tristeza me parecería el cuento más triste jamás escrito...
ResponderEliminarLo dicho, muy bueno.
Suerte para la próxima!
Gracias Pulga.
ResponderEliminarEstás en lo cierto. Después de que las lágrimas se deslizaran por su boca, el rigor mortis congeló en su rostro una sonrisa.
Que haya suerte para tí también.
Los relatos tristes tienen mucho merito cuando producen tristeza al lector, y en este caso, lo hace.
ResponderEliminarEsta muy bien escrito Piel.
Un saludo.
Gracias. Mi idea no era producir tristeza, pero esta es la magia de la literatura, poder provocar distintas sensaciones en un mismo relato.
EliminarBesos
"El temita del día" va y viene conforme el frío o el calor que siente la piel. Siento que esta vez llegaras tarde.
ResponderEliminarGracias por estar ahí, Alejandro.