martes, 31 de diciembre de 2013

Agárrame que vienen curvas

La mujer que iba en el coche a mi lado, tenía un vestido vaporoso de seda blanco y generoso escote, que no dejaba atisbo alguno a la duda para apreciar la belleza de su cuerpo.
Haciendo uso de una sutil coquetería, bajó el parasol del vehículo para pintarse los labios, momento en el que pude vislumbrar a través del espejo de cortesía sus sonrientes ojos.
Me sentí afortunado, había hallado en esa curva angosta a la mujer más bella del universo. Quise rozar su piel cuando me sorprendió un acantilado ante mis ojos y descubrí  que el coche no respondía.


sábado, 28 de diciembre de 2013

Mu_danza

Me mudé a tu piel,
para habitarme desde allí,
por sentirme viva.
Un abrazo desnudo,
Una maleta vacía,
un te quiero,
un bolero.
Me mudé a tu piel,
a la clandestinidad de un cuarto oscuro,
a las sombras del murmullo.



jueves, 19 de diciembre de 2013

En blanco y negro

Quizá mañana sea incapaz de recordar tu nombre, como ocurre en las películas tras una noche de enajenación y alcohol. 
Quizá me sorprenda amanecer con tus piernas enlazadas en las mías y me pregunte si, a pesar de todo fui capaz de hacerte el amor.
Es posible que me despierte aturdida y que me creas distraída.
Seguramente, como cada mañana, me recuerdes que los de la foto de la mesilla, marchita y en blanco y negro, somos nosotros.

jueves, 5 de diciembre de 2013

Contratiempo

Se durmió soñando que él también podía volar, entró en ese estado de ingravidez donde el espacio queda suspendido y todo empieza a suceder pausadamente. En esa levedad planeó sobre callejuelas adoquinadas con el rumbo inverso a las agujas del reloj hasta descubrir que era capaz de retroceder en el tiempo. Ante tal revelación, batió las alas en dirección a la estación, donde en el andén se despidió ayer de ella sin impedir su partida. Llegó a tiempo para rozar sus labios, justo un segundo antes de que el despertador le cortara las alas.
Este relato forma parte de mi colección de despojos del REC

domingo, 1 de diciembre de 2013

Vocaciones

Quería ser un vaquero, a lo Jonh Wayne y esquivar cada flecha de los indios sin perder el sombrero. Quería acabar con la desobediencia y las injusticias y darle un beso a la chica antes del fin. Que mi nombre apareciera en grande en los títulos de crédito y que los niños aplaudieran al encenderse las luces del cine.
Mi padre que presumía de ser brujo, sin necesidad de varita ni bola de cristal, vaticinó que mi futuro sería el de un prestigioso Abogado y que hallaría el dorado, el sustento y mi alimento en esta noble profesión.
Su augurio desconocía las tasas, la colegiación y que las togas no se venderían en el todo a cien.
Aún así es mi fan número uno y aunque se disfraza, sé que es el tipo que cada mañana me echa monedas en mi gorra cuando canto a la puerta del metro.

Este relato ha sido seleccionado por la Mutualidad de la Abogacía entre los del mes de Noviembre.  Las palabras obligadas eran "fin, vaquero, desobediencia, brujo y alimento"