viernes, 28 de diciembre de 2018

Carreteras secundarias

    Seguramente no te llamarás Thelma. Tampoco yo soy  Louise. 
    Es muy posible que Jamás viajemos por Arkansas en un Ford Thunderbird,  ni nos alojemos en un motel barato de Oklahoma. Probablemente no levantaremos polvo derrapando por las carreteras de Arizona perseguidas a orillas del Gran Cañón, ni tengamos el placer de ver semidesnudo a Brad Pitt con sombrero de cowboy.
    Quizás no conducirás un descapotable azul, ni yo portaré una pistola para acabar con el primer tarado que trate de violarte, pero estate tranquila. Cada vez somos más Thelmas y más Louises dispuestas a ayudarnos en las calles. Sin necesidad de rodar una road movie ni tener que acabar rindiéndonos o saltar por los aires 

Para la Web "Esta noche te cuento"

viernes, 14 de diciembre de 2018

Arreglá pero informal

    A pesar de que la lluvia, esa ingrata que se empeña en ahogar mis exiguos ratos de sociabilidad, ha golpeado con fuerza los cristales desde el amanecer, he ido a la peluquería.  Esta vez he llevado tu paraguas, que es más grande y hace juego con el luto.
   Nada, lo de siempre, que si VOX, que si las banderas y los mocos, que si esas feministas, que qué se creerán que van a cambiar ahora y yo ahí, con mis rulos asintiendo con la cabeza pensando en que la única injusticia que conozco es que ya no puedas ser tú quien me atusa el pelo.

Para los viernes creativos de Ana Vidal hoy con fotografía del Sr. Alarido.

jueves, 13 de diciembre de 2018

La imagen del día

     Descubrí que el mundo y sus colores poco me importaban si estabas al otro lado del cristal donde me miras.

(Imagen Holly Andres)

miércoles, 12 de diciembre de 2018

Y fueron felices


     Salieron juntos de la mano, felices, como las consabidas perdices, por haber firmado su separación. Ni terceras personas, ni problemas económicos, ni siquiera un cuñado incómodo. Fue la rutina. Ese saber qué va a decir antes de que pronuncie una palabra, la falta de improvisación año tras año, la ausencia de relaciones sexuales, en definitiva un cóctel que fue fermentando una historia de amor que parecía inquebrantable.
     Se sentaron en un banco, se miraron a los ojos y Cenicienta dejó caer al fin sus zapatos. El sonido del cristal fue la banda sonora del último beso. Posiblemente el único sincero.


Fotografía: Holly Andres

viernes, 16 de noviembre de 2018

Zenda

Finalista en los cuentos de Zenda
"A priori, enamorarse de un muerto puede parecer descabellado o propio de alguna filia de carácter psiquiátrico..."
Para seguir leyendo el relato pulsa AQUI


viernes, 26 de octubre de 2018

Cambio horario

Éramos (casi) incompatibles. Él se regía por el horario de verano, guardaba en la piel el sol, el día. Yo siempre fui noche, luna  e invierno, razones estas que nos llevaron a encontrarnos tan sólo dos veces por año. Lo hacíamos en esa hora que no es de nadie, en ese momento mágico que existe y desaparece como si el tiempo pudiera aniquilar lo sucedido en 60 minutos. 
 Ahora quieren estropearlo todo con lo de aunar horarios, pero el amor es mucho más fuerte que todo eso. De hecho, yo ya he comprado mi billete a Canarias.

(Para los viernes creativos que propone Ana Vidal , hoy con la imagen de Elmar Geissler)

miércoles, 17 de octubre de 2018

Sine die

Por mi aniversario, me telefoneó mi madre. Hablaba con latinajos como siempre que está nerviosa. Con una voz un tanto sui generis.
A priori sé que es por deformación profesional. Grosso modo, cuarenta años en un despacho de abogados hacen mella en la forma de comunicarnos. Me quedé in albis tras su oratoria y le dije que se calmara. Ipsofacto cambio el modus operandi y motu proprio comenzó a hablarme más despacio.
Ya sabes la constitución enclenque que tiene tu padre, su conditio sine qua non para contraer todas las enfermedades. Pues bien, ha salido a la calle in puribus, vamos, como su madre le trajo al mundo. No a luchar por los derechos de la ciudadanía, que lo entendería, sino por los de los animales. 
Otrosí digo, continuó, que sepáis que un día cojo la maleta y alea jacta est, vamos que no me volvéis a ver el pelo.


sábado, 6 de octubre de 2018

I congreso internacional de microtextualidades y Cibercultura

Ayer en la Universidad CEU San Pablo de Madrid, en el I Congreso internacional de microtextualidades, la investigadora Leticia Bustamante realizó una ponencia sobre Transmedia: "Cuando el microrrelato se convierte en cine: ejemplos transmedia para un modelo de análisis". 
Un honor para mí que usara el libro "Pecados poco originales" y el cortometraje"Cosas que hacer".


jueves, 4 de octubre de 2018

Desmemoria

Cuando la memoria penda de un hilo,
que tú estés al otro extremo.

La imagen pertenece a una pintura de Santiago Font

miércoles, 12 de septiembre de 2018

Cuervos

     Un hoyuelo en la barbilla y el verbo fácil fue lo único que heredé de mi padre, “el abogado Victorioso”, como apodaban el resto de colegas de profesión por su capacidad de defender y alzarse con sentencias favorables en los casos más truculentos e inverosímiles.
     Me hubiera gustado ser tan corpulento y atractivo como él pero mi falta de apetito y mis constantes convalecencias durante la infancia hicieron de mí un chico enclenque y debilucho.
     Comencé bien pronto a repudiar las leyes, literalmente no podía con ellas. Una mezcla de laxitud en mi musculatura y de rebeldía, me hizo juntarme con amigos que acarreaban otro tipo de papelillos.
     A mi padre solo se le vio derrumbarse una vez en una rueda de reconocimiento. Fue cuando tuvo que contestar al funcionario si estaba seguro. A pesar de tener la voz entrecortada, no titubeó, es mi hijo.

Relato seleccionado para el mes de septiembre en la Mutualidad de la Abogacía

viernes, 31 de agosto de 2018

Transición

La tarde en que murió Chanquete la congoja se alojó en mi pecho con la misma fuerza con que las garrapatas se aferraban al hocico de Rantanplan cuando paseábamos con el rebaño de Paco el Rojo.
Mi madre me prohibió llorar. Los hombres no lloran, me dijo con aquella voz hueca en la que quizá nunca se alojó la ternura.
Mis hermanas, por su parte, gimoteaban con sus frentes despejadas en una cola de caballo bien tirante y el beneplácito del resto de plañideras que se congregaron en casa.
A la mañana siguiente mamá nos vistió de domingo siendo lunes y acudimos a su entierro.
En la ceremonia, impertérrito, me pregunte por qué mis veranos no eran azules; por qué a mi padre, que siempre fue un hombre de tierra adentro, le apodaban Chanquete y por qué todos coreaban aquel “no nos moverán” en bajito.

Fotografía: Cristina García Rodero
Texto para ENTC

miércoles, 22 de agosto de 2018

Nuremberg

Crecimos con la sombra del engaño planeando por los tejados, con el miedo consumiéndose entre las siete velas del candelabro que presidía nuestra sala de estar. Éramos conscientes de los tiempos difíciles que vivíamos pero nunca pudimos sospechar la tortura que vendría después.
Un día de otoño, cuando jugábamos felices chapoteando con el agua de los charcos, nos hicieron abandonar el colegio y nos embarcaron como a ganado en aquel tren que nos robó la infancia y el júbilo.
Hoy, algunos de nosotros les hemos visto declarar. Hemos atisbado su miedo, sus lágrimas, también las de los abogados. Incluso el Juez ha tragado saliva para contenerlas. Nosotros no, nosotros hemos guardado las fuerzas para que algún día nuestros hijos puedan vernos sonreír.

Relato seleccionado para el concurso de la Mutualidad de la Abogacía

martes, 21 de agosto de 2018

Hoy

Hoy he cerrado tus cajones
con siete llaves
y cinta de embalar mentiras.

Hoy he sellado la cerradura
aplastando en ella el último pitillo
que fumamos a medias.

Hoy al fin,
y aunque sirva de redundancia,
te he puesto fin.

Mañana, seguramente con la resaca,
vuelva a barrer el suelo
para buscar con cautela
alguna brizna de ti.

viernes, 17 de agosto de 2018

lunes, 30 de julio de 2018

Que digan misa

Te esperé cada verano 
aferrada con fuerza a estas dos copas,
la de ginebra con limón y la del árbol
-donde sellaste nuestro beso con navaja-

Me dolieron las noches,
las perchas vacías
el insomnio de los ácaros
buscando como yo, tu piel para adherirse.
Y así, con la cama ilesa,
pasaron los años,
              los solsticios,
                                   tú.
y de mí, comenzaron a decir
que me faltaba un hervor...
               (también algún verano)

Para #pasionesdeverano de Zenda Libros

martes, 24 de julio de 2018

Mascotas


Hoy se ha calzado su sonrisa seductora, el vestido travieso y las sandalias más altas. Desde su puesto de vigía en lo alto de la cofa me observa navegar en el vaivén de sus caderas y, astuta, me lleva a la cueva donde ya ha tendido su tela de araña. Con el calor sofocante obnubilando mi mente, el sopor que provoca el tour de Francia como música ambiental y el deseo de quitarle la ropa como único resorte que mantiene mis neuronas activas, me extiende sibilinamente la trampa. Me dice que quiere una mascota, bueno, dos, dice sonriendo, y como por azar o cosas del destino me muestra en su móvil fotografías de cachorros de tigres y lobos. Sucumbo a su ilusión y pliego las patas traseras sobre la red para que le sea más fácil atraparme, mientras busco en otro tipo de redes tiendas de mascotas.



jueves, 19 de julio de 2018

Ciberespasmos

Lo único bueno de que durante un año te enviaran a Melbourne para continuar con la política expansionista de la franquicia, fue que volví a mojarme las bragas.
Decidimos acortar las distancias usando la tecnología. Así volví a escuchar de tu boca, aunque fuera por teléfono, aquello de “Te quiero”. Descubrí que WhatsApp tiene más de 30 iconos que contienen corazones; también que podías enviarme infinitas fotos por medio de WeTransfer y que aprovechabas siempre para colarme alguna desnudo.
Llegamos incluso a hacer el amor juntos a miles de kms de distancia mirándonos a través de Skype.
Sí, amor. He mojado mis bragas casi a diario durante todo este año y ahora que solo quedan 5 horas para que tu vuelo aterrice, no quiero que la magia se desvanezca. He contratado un crucero por las grandes islas árticas y el estrecho de Davis. No vendrás conmigo pero no me voy sola. Me llevo la tablet, el ordenador y el móvil

Relato con Mención en la Web "Esta noche te cuento"

viernes, 29 de junio de 2018

Coleccionismo

     Comencé en la infancia y casi de forma compulsiva a coleccionar los cromos de la liga, las firmas de los jugadores en mi balón de reglamento, las patadas en la espinilla y algunas en la boca del estómago.
       Después, con la adolescencia, llegaron las chapas de las botellas con sus caras impresas,  alguna bandera,  los primeros besos y los desengaños
    Con el primer sueldo se sucedieron las bufandas, las equipaciones, las llamadas sin respuestas, los tequieros en papel mojado.
       Me acosté con un entrenador, tres jugadores, un árbitro, el chico que cortaba el césped del campo los domingos por la mañana… y a todos esos fracasos amorosos les sumé los hijos que no tuve, las caricias bien dispuestas y ordenadas en el cajón de mi mesilla, la colección de cartas que nunca escribí y la bala que como buen cobarde, no he sabido gastar.

Para #Historias de Futbol de Zenda
(imagen tomada de la red)

jueves, 21 de junio de 2018

Thriller

Los dejaremos entrar en nuestra habitación esta noche, cuando salgan del jardín. Con la luz de las linternas en nuestro rostro, les daremos un buen susto y cuando recuperen el aliento jugaremos al póker con los billetes del Monopoly y reiremos con algún chiste macabro. Eso sí, sin montar mucha bulla para que no se entere mamá.
Ella dice que no existen, que siempre estamos contando cosas de esas y lo dice con esa voz dormida que se le quedó cuando se fue papá, con los ojos perdidos y con una mueca casi de asco que le produce hablar de muertos vivientes.

Otra final mensual para este lunes. El voto popular no es decisivo pero es importante. Si quieres votar por mi relato puedes hacerlo AQUÍ indicando "Semana 30"


viernes, 8 de junio de 2018

Viernes creativos

El zumbido de un insecto se acerca a mi oído cuando el muecín inicia la llamada a la oración desde lo alto del minarete. Los hombres, tras la ablución, comienzan el rezo.  La laxitud de mi piel y el respeto por sus costumbres me impide moverme pero no imaginarte. Me cedo a la calma y en la belleza de lo onírico vuelvo a recordarnos desnudos.
El insecto insiste, derrumba el sueño. De entre sus escombros la luz esboza  las aristas de nuestra cama que dejaste vacía. Mi cabeza da vueltas como un derviche danzante, te imploro, te rezo, como una oración, como acto de fe.

Para los viernes creativos del "Bic Naranja" hoy con imagen de Dirce Hernández

martes, 22 de mayo de 2018

Rayas azules sobre fondo gris

La muerte se ha olvidado de nosotros y también de las ratas, que nos despiertan con su corretear entre las mantas, o el afilar de sus dientes en la madera de las literas.
También ellas pasan frío aquí, dicen los que ya han sobrevivido otras nevadas en este infierno y lo dicen con esa quietud lacerante que se filtra entre los huesos, allí donde alguna vez tuvimos carne.
Hoy se ha colado por la alambrada una mariposa; sus colores rojizos destacaban sobre el gris, sus alas me trasladaron a otros momentos, creo incluso que lloré; pero su cuerpecillo es insípido. Prefiero las ratas.

Con este relato me he alzado hoy con la final semanal de Relatos en la Cadena Ser. El próximo lunes hay final mensual y el voto popular contabiliza como un voto. Si te gusta el relato, vota por la semana 28 AQUI

lunes, 14 de mayo de 2018

De letras o de ciencias

Seguramente la más compleja de las elecciones a las que me vi sometida en mi adolescencia fue esa dicotomía sempiterna que nos inculcaban desde la escuela; ser de letras o de ciencias. Esa bifurcación constituía un soliloquio shakesperiano, un ser o no ser, un he ahí la cuestión.  
Sin duda en esa pubescencia me resultó mucho más sencillo elegir entre el guaperas con chupa de cuero y mirada felina o el interesante empollón de gafas redondas y cara de no haber roto un plato. Ninguno de los dos aceptó mi propiedad conmutativa y ninguno de esos sumandos alteró el producto de mi soledad.  El resultado fue muy sencillo, un conjunto vacío hasta los 23 años. 
Justamente con esa edad, siendo ya una mujer de letras puras y a punto de finalizar mi carrera de Filosofía apareciste tú y dejé de ser yo y mis circunstancias, para convertirme en  las tuyas. Lo nuestro constituía una ecuación de segundo grado en donde yo fui siempre una constante y tú una variable rodeada de incógnitas.  
Decidimos formar un polinomio, que a mí que seguía siendo muy poética, me gustaba porque rimaba con matrimonio. Tras pasar unos meses midiéndonos los perímetros de aquel círculo vicioso, decidiste salirte por la tangente y te alejaste de mí.
Ahora que ya han pasado unos años, no quiero oír hablar de matemáticas bajo ningún concepto. De hecho he rechazado a Pietro, un pretendiente Italiano con el que estaba intimando cuando me ha dicho que mejor le llamara Pi.




miércoles, 9 de mayo de 2018

Incontinencias

    Me tilda de exagerada y me pide paciencia la malhumorada rechoncha de ojos saltones que me precede en la cola del baño. Retuerzo mis piernas y las ganas de decirle algún improperio y aprieto la musculatura del suelo pélvico. Para más INRI, el grifo gotea como la canción que suena afuera, des pa ci to.
    Mi vejiga no puede soportar tanta presión así que golpeo la puerta de la rechoncha, que ya ha entrado y que a tenor del sonido, alberga las cataratas de Iguazú bajo su falda.
     Una vez dentro descubro que ha agotado todo el papel higiénico, supongo que en limpiar sus inmensas nalgas; que no ha tirado de la cadena y que ha olvidado su móvil sobre la papelera.
    Cuando mi esfínter se relaja, lo hacen también mis ojos al ver cómo navegan sus datos al presionar, yo sí, el mecanismo para vaciar la cisterna.


Imagen: annie leibovitz
Texto para la web Esta noche te cuento

domingo, 29 de abril de 2018

A Ursi

Durante el invierno me gusta abrigarme, cubrirme de muchas capas para que él me desnude. Lo hace con calma, como si el tiempo pudiera detenerse entre sus manos y yo.
A veces, entre mis recovecos, me hace cosquillas y se sonríe porque, a tenor del resultado sabe que es un artista.
Me trata con mimo, con cuidado, con la pericia y delicadeza de un hombre inigualable, único; hace de mí lo que le viene en gana.
Cuando al fin termina de desnudarme, me abraza y yo, me duermo en su regazo como un tronco, como si en definitiva, no fuera más que un trozo de madera; su más preciada madera.


martes, 17 de abril de 2018

Donde habita el olvido

Dicen que incluso allí,
donde habita el olvido, 
las malas hierbas
nunca morimos.



Imagen: Juan Ceron

viernes, 6 de abril de 2018

Huir

Huir, como intransitivo e irregular, como alma que lleva el diablo. Huir del tiempo a tu lado, del pretérito, del pluscuamperfecto, del simple, del futuro perfecto. Huir como las ratas del barco al hundirse, como huye la honradez de los gobernantes. Huir cual cobarde, cual gallina.  Huir de uno mismo para encontrarse, para saberse, para palparse, para reconocerse. Huir siempre hasta morir en el transcurso, en el viaje. Con las botas puestas.

Para los viernes creativos que nos propone Ana Vidal en el blog el Bic naranja, hoy con imagen de Karolina Bazydlo

martes, 20 de marzo de 2018

Cristales rotos

Ya se las apañarían para pagar las facturas. Les bastaba ahora para seguir adelante, verle seguir con sus ojos las pompas de jabón que refulgentes vuelan tras sus soplidos tibios. Atisbar un rayo de sol colarse por el patio de luces, donde las vecinas cuelgan sus sábanas y preguntan lastimeras por él. 
Ya se las ingeniarían para adaptar a su sillita unas alas para verle volar, como cuando se disfrazó de Superman en el cole y aún sonreía.

Imagen tomada de la red

martes, 6 de marzo de 2018

Domus sweet domus

Hacía casi dos milenios que lo habían crucificado, había plantado un árbol, tenido un hijo, escrito un libro, pero cuando dijo que quería montar en globo, María repitió nuevamente la frase lapidaria.
¿Y si tus amigos se tiran de un puente, tú también?

El cuadro es de Max Ernst (1891-1976)

sábado, 3 de marzo de 2018

Recuerdo que te olvidé


    Recuerdo que te olvidé. Decidí hacerlo en una gasolinera, como se hace con los perros y los viejos, pero enseguida volví a repostar. El coche y mi boca.
    Recuerdo que te olvidé un lunes, uno cualquiera para no volver a recordarlo nunca, pero los lunes son perezosos hasta para el olvido y lo dejé para más adelante.
    Recuerdo que te olvidé un día de lluvia, junto al paraguas y la cartera en un bar de carretera. Dejé a la vista el dinero y el DNI para que la buena voluntad de algún parroquiano te devolviera a casa con el paraguas y la cartera vacía.
    Un día decidiste marcharte y conseguí olvidarte ese mismo día, y los siguientes. 
                 Jamás las noches.

Para los Viernes Creativos que propone Ana Vidal. Hoy con foto de Cléa Lala y usando la frase "Recuerdo que te olvidé".

lunes, 12 de febrero de 2018

Lunes

Hay días que amaneces poeta y tus lunes huelen a nubes, otros en los que me atormentas y me envuelves de tempestad; después están estos, los que te transformas en ciclón tropical y tu nombre gira en círculo sobre mí.

Fotografía Floria González.

martes, 6 de febrero de 2018

Aislados

Los rincones vacíos de la casa ya desmantelada albergan manchas de humedad, ese olor a mugrienta rutina que no supimos cubrir con capas de pintura. Por más que me empeñé en tapar las grietas que iban adueñándose de cada estancia, todo se resquebrajaba de forma irremediable.
Ni los albañiles, ni el arquitecto, ni siquiera el psicólogo de parejas que contratamos por horas, pudieron acabar con esa manía tan tuya de arreglarlo todo con cinta aislante.


jueves, 25 de enero de 2018

La penúltima fiesta de fin de año

Ya recogerían la mesa mañana y barrerían el confeti que, de tanto jolgorio, tuvo la impertinencia de colarse incluso por su ropa interior.
Ya se arrepentirían al día siguiente, al verse juntos desnudos, en la misma cama, sin nada que contar y mucho que olvidar.
Tratarían de esconderse en los pliegues de la piel, en los surcos de cada arruga, para no pensar en lo que dirían sus hijos si se enterasen de lo que suele ocurrir en las fiestas del asilo.

(Fotografía Mercé Rodríguez)

jueves, 18 de enero de 2018

domingo, 14 de enero de 2018

Clown por prescripción facultativa

Para celebrar nuestras bodas de plata, nuestros hijos nos regalaron un crucero por los fiordos noruegos; una segunda luna de miel, aseguraron.  Al volver,  a Mayra se le ocurrió acudir a un terapeuta, un charlatán de esos que creen saberlo todo sobre relaciones de pareja, un embaucador que le dijo que era terrible no haber hecho el amor en quince días.Le habló del paso del tiempo, de la rutina, de la apatía, bla, bla, bla…
Accedí a seguir las consignas  de su terapia no por mi mujer, sino porque se había puesto en entredicho mi masculinidad. Al principio fue divertido aquello de las “fantasías”. Me divirtió corretear con el látigo de Indiana Jones, auscultarla jugando a los médicos, incluso tuvo su punto lo de los cavernícolas, pero con los días, se fueron acabando las ideas, y los cimientos de nuestra relación -eso decía ella- volvían a tambalearse.
Debéis añadirle más ingredientes, nos dijo en la última sesión;  y yo, que no voy a ceder en mi empeño de honrar mi virilidad, aquí estoy, en una cafetería donde no cabe más gente, vestido de payaso, esperando que venga ella, de domadora, para recibirla con un sonoro ¿cómo están ustedes?


jueves, 11 de enero de 2018

Pecando allende los mares

Los mejores regalos llegan cuando menos los esperas, cuando ya no hay luces por las calles ni señores disfrazados de los únicos Reyes que tienen acceso a la república independiente de mi casa. Regalos que vienen un miércoles lluvioso, cuando el sol ya está en el ocaso. Regalos desde la otra punta del país, La Palma ni más ni menos. Regalos con un envoltorio maravilloso, la voz "pecaminosa" de Ana Vidal 
La sección "En pocas palabras" da comienzo en el minuto 69:40
Para escucharlo, pulsa AQUI


martes, 9 de enero de 2018

Ida y vuelta al abismo

    Bucear en el lago que había al lado de la casa siempre me trajo suculentas recompensas. 
    Con doce años, y a pleno pulmón, rescaté la bici que nos habían robado y que mi madre nos compró con sus ahorros. Con quince, descubrí que la apnea podía dejarme ver durante más tiempo a Eulalia, que se las daba de beata, entrelazar sus piernas una y otra vez con Quique, el monaguillo. A los 18 comencé a estudiar ciencias del mar y coincidí nuevamente con ella, que me enseñó los más bellos corales.
    Tras su portazo he vuelto aquí, para tratar de encontrar peces abisales... esta vez sin botella.

Imagen tomada de la red

viernes, 5 de enero de 2018

El patito de goma

Corrían tiempos grises. La oscuridad se colaba por las rendijas de las alcantarillas,  por las grietas de los tejados, en las arrugas de las plañideras que acudían a los velatorios por si, en una de esas, caía un mendrugo de pan.
Un 24 de diciembre apareció por nuestras oficinas un párvulo; no tendría más de ocho años. Tenía cara de pillo, con multitud de pecas en sus mejillas que se mezclaban en perfecto maridaje con la suciedad de su rostro.  A Benítez, el conserje, que tenía seis hijos y otro en camino, le hizo tanta gracia la idea del niño que le pasó con el tasador. Abrió la puerta de su departamento y en voz alta, para que el resto de empleados escucharan el rocambolesco propósito del niño, dijo:
- Don Baldomero, aquí le traigo a este muchacho. Trae un tesoro que seguro vale una fortuna.
Don Baldomero Garrido era un tipo sobrio. Un hombre que con los años se había forjado fama de resentido a fuerza de parquedad  y desgana. Ningún compañero de trabajo supo nunca de su vida. Si estaba casado o soltero, si tenía aficiones y menos aún sus tendencias políticas. Era parco en palabras y más aún en emociones.
El crío sacó de su gabán un patito de goma tiznado de manchas sombrías y un ojo desdibujado. Enrudeció su voz al objeto de parecer mayor y preguntó por la suma de dinero que podían darle por empeñar su juguete, que afirmó ser todo lo que tenía. Le explicó que era un regalo de los Reyes Magos, de cuando era más pequeño y aún venían a su casa.
Nadie sabe cómo siguió la conversación. Don Baldomero comenzó a hablar muy bajito y seguidamente abrió su cartera. Unos dicen que llenó las manos del pequeño con dinero, otros,  además, afirman que por primera vez, le vieron llorar.

Para los cuentos de navidad de Zenda Libros

miércoles, 3 de enero de 2018