martes, 22 de noviembre de 2016

Azul celeste

No era el mar pero se le parecía. Lo coloreó con trazos fuertes y con sus pequeños dedos, lo difuminó hasta fundir el color del cielo y del agua.
Se puso el vestido de los domingos, el último que ella le compró antes de marcharse.
Colocó un barquito de papel sobre el lienzo, apretó sus coletas y se encaramó a la proa. 
Sopló todo lo fuerte que pudo hasta embravecer las olas y alcanzar las nubes y el pelo de mamá.


martes, 15 de noviembre de 2016

Tempestad

Espero que puedas perdonarme por llegar con la lluvia, por aferrarme a tu puerta como un gorrión recién caído del nido y hacerte pensar que necesitaba cobijo.
Llovió durante semanas, las paredes filtraron la humedad, las sábanas se mecieron con las olas y, exhaustos, fuimos incapaces de achicar más agua en nuestra piel.
Hubiera pasado así el resto de mi vida, pero salió el sol, y como otras, quisiste quebrarme las alas.
No pienses que fui ave migratoria, sólo quiero que sepas que me asustan las jaulas y adoro las tormentas.


viernes, 11 de noviembre de 2016

Pobreza energética

Llegó noviembre,
y con él las primeras nieblas.
El frío se alojó en los huesos,
en las sábanas, 
en los recibos impagados, 
en las entrañas.

Llegaron ellos,
con corbata y maletín, 
con papeles con membrete, 
con sellos de caucho, 
con almas de corcho. 

 Llegaron 
y tuvimos que irnos.

Fotografía: Oprisco

martes, 8 de noviembre de 2016

Cardinales

Limito al norte con la necesidad de advertir el viento gélido en mi rostro para sentirme viva.
Al este, con el rocío jugando en mis pies al caminar descalza.
Al oeste con un poema de Gloria Fuertes y el quejido hondo de una guitarra.
El sur, sin embargo, hace tiempo que rompió las fronteras y atraviesa mi piel al contacto con tu boca.