sábado, 28 de mayo de 2011

Crucigrama Blanco

Soy despistada, desordenada y a veces incluso despiadada con las palabras. Las pierdo entre los bolsillos, al lado de los paraguas que olvido en cualquier bar, se me caen cuando me distraigo.
Si las plasmo en un papel, las emborrono con gotas de cerveza, con estúpidas lágrimas o con la lluvia que dejo que se filtre por mis paredes… 
Me pinto los labios para que se queden atrapadas entre el carmín, las muerdo, las mastico, las engullo… y cuando me despisto no solo tropiezo con ellas sino que cansada... las pisoteo.
Ayer me ocurrió algo novedoso. Me sentía bien, incluso me atrevería a decir FELIZ. Tanto, que perdí el control. Decidí incluso darles libertad. Que camparan a sus anchas, que brotaran, que fluyeran. 
Muchas de ellas no se atrevieron a moverse, otras, las más crueles, conocían bien el camino y tuvieron su ratito de gloria. Las menos, las que nunca salen, las que tengo vetadas, lo hicieron simuladamente, a escondidas. En un momento de  descuido, se dieron la vuelta. Me miraron fijamente y se revelaron. Me cosieron los labios y huyeron buscando otros.
Me dejaron sin palabras.

lunes, 16 de mayo de 2011

Puntos de sutura

No cosas mis heridas,
déjalas tiernas,
para que pueda escupir en ellas,
para echarles sal o vinagre.

No cures mis heridas,
déjalas frescas,
para que pueda regocijarme en ellas,
para sentir que tienen fiebre.

No calmes mis heridas,
Déjalas vivas,
Para sentir que aun me haces mella,
por percibir que aún estás cerca.

sábado, 14 de mayo de 2011

Avec  ma solitude  - Noches con Moustaki-


Lo había perdido casi todo.
Derrumbado se recostó en las rejas del olvido.
Fue entonces cuado advirtió la presencia de su sombra.
La miró, le miró, se miraron…
lo hicieron en silencio, sin maquillaje,
como el ensayo de un mimo ante el espejo.
Una nube difuminó la sombra hasta convertirla en nada.
Sonrió entonces a su soledad, se sintió acompañado.

sábado, 7 de mayo de 2011

Sin acuse de recibo

El mismo sabor a hiel de tus besos, se alojó en mi lengua tras pegar el sello. 
En un arrojo de coraje impropio de mí, introduje la carta en el buzón.
Este será mi último acto de cobardía, mi último adiós.
No quiero volver a escuchar tus disculpas, tus excusas, tus promesas de que ésta será la última vez que descargas tu furia sobra mí.
Me voy y lo hago lejos, donde no puedas encontrarme nunca.
Lo que más me duele es lo que te pongo en el remite: “Ya no te quiero”,
 y me duele porque sólo yo, sé que no es cierto.

lunes, 2 de mayo de 2011

Mifi

Mi gato es un tirano, un déspota.

Lo encontré una noche de cielo lóbrego. Desvalido, famélico, magullado, herido, indefenso, sólo, perdido y probablemente, abandonado.
Con  aquellos zalameros ojos azules y su pelaje hecho jirones, comenzó a acurrucarse entre mis piernas, a enmarañarme en sus deseos, a embaucarme con sus ronroneos. Me dejé seducir y no por lástima, sino porque probablemente necesitaba sus caricias más que él.
Me lo llevé a casa.
Le atendí, cicatricé sus heridas, le di todo lo que pude o supe darle, hasta que su aspecto mejoró, hasta que se sintió fuerte.
Ahora las cosas han cambiado. Me ha enseñado sus garras, sus afilados dientes y ahora soy yo la que se siente magullada, indefensa y perdida
Mi gato es un tirano, un déspota, pero ya no me duelen sus heridas, lo que realmente me lastima es que cada vez se parece más a ti.