lunes, 5 de marzo de 2012
Interludio en Re menor (Opus 40)
La guitarra aún luce desnuda sus curvas sobre la cama.
Sus lamentos se ocultaron tras un adagio
El pentagrama se quedó huérfano.
La púa, que es una ácrata,
sigue desgarrando con sollozos sus melodías.
1 comentario:
Sandra Sánchez
27 de noviembre de 2013, 19:17
Veo que a esa púa no le gustan los réquiem y menos si son impuestos.
Excelente.
;)
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Veo que a esa púa no le gustan los réquiem y menos si son impuestos.
ResponderEliminarExcelente.
;)