lunes, 15 de abril de 2013

Metamorfosis


El musgo confundió al mimo con estatua.
Con el tiempo, fue adentrándose en su piel
hasta convertirlo en piedra y robarle el corazón.


3 comentarios:

  1. El poder de la paciencia y la constancia...
    Me ha gustado.
    ;)

    ResponderEliminar
  2. Al mimo que murió víctima de su perfección, je je.
    Muy bueno Piel.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar