domingo, 3 de noviembre de 2013

Estrategia

Mi padre se llenó de silencios al mismo tiempo que a mi madre se le escapaba el júbilo por la ventana. Descubrí que sus vidas divergían y que el único punto de confluencia era yo.
El terror se apoderó de mí e imaginé mi vida como una maleta con el destino marcado por un convenio regulador.  Preso del pánico, establecí una maniobra de acercamiento.
- A grandes males, grandes remedios, pensé y me dispuse, como un estratega militar a establecer las artimañas oportunas para evitar el más que previsible naufragio familiar.
Con mi padre la táctica fue sencilla, a los hombres se nos gana por el estómago. Comencé a levantarme media hora antes de que sonara su despertador para prepararle desayunos suculentos con mensajes de amor subliminales.
Las mujeres son más complejas en esto de las artes amatorias, así que con mi madre usé a “San Google” para plagiar versos de amor e introducirlos en el buzón con un remitente evidente “Estoy tan cerca de ti y sin embargo tan lejos…”
La expresión de sus rostros fue tornándose feliz, seguían sin hablarse, pero intuí que todo iba viento en popa hasta que un día, durante la cena, me confesaron su verdadero cambio.
Papá se había enamorado de Mariela, la mujer que limpiaba nuestra morada y con la que llevaba meses poniéndose del mismo color, seguramente tras deglutir  tan sugerentes desayunos.
Mamá por su parte, había iniciado un romance con Miguel, el soltero de oro del quinto piso, que aún no entendía por qué ella le pedía cada noche, tras hacer el amor en silencio, que siguiera deleitándole con sus palabras.
Ahora que el tiempo lo ha calmado todo, me siento triunfador. Ellos son felices y a mí no me hace falta una maleta. Con tan sólo una mochila para subir o bajar del piso de arriba, puedo pasar los fines de semana, la navidad y las vacaciones sin cambiar siquiera de portal. 
Mariela y Miguel tratan de suplir su torpeza colmándome de regalos. ¿egoísta? Es posible, pero me la sopla.

                    Foto cedida por Fuga, artista multidisciplinar

3 comentarios:

  1. Buenísimo Piel! Me ha gustado mucho ese humor en la vuelta del relato.
    Genial!

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  2. Se luce la destreza de tratar lo trágico -si una separación fruto de la fuga del amor puede ser calificada así- con humor.


    Mis aplausos.

    Un abrazo,

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  3. Y cuándo salen los planes como uno piensa, je je. Lo bueno es adaptarse.
    Mi hiciste reír Raquel.
    Un beso en la piel.

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