sábado, 18 de enero de 2014

Advertencias en el uso del beso

El beso comienza en los ojos, en la observación acechante de la parte antagonista, en la enajenación mental, que discurre como aguacero por las terminaciones nerviosas, al atisbar la boca rival.
 Evidente resulta tras esta introducción, que es imprescindible situarse frente al contendiente, siempre con el rostro ladeado, al objeto de salvar el obstáculo que constituye la nariz por pequeña que ésta sea. Ojo, nunca los dos hacia el mismo lado, ya que podría producirse el "efecto espejo" no deseado.
Si el beso conmueve, envuelve y revuelve, es imprescindible el uso de las manos. Enredadas en el cabello, acariciando dulcemente  la espalda o si la pasión atormenta, adhiriendo fuertemente el otro cuerpo al de uno mismo.
Llegado el momento cumbre del acercamiento labial, se debe hacer uso de ciertas armas como la improvisación, el juego y el deseo; Pero si además, se le adereza con eso con que los poetas llaman amor, el sentimiento es sin duda, Sublime.

 Este relato figura entre los seleccionados de la Antología Homenaje a Cortázar

5 comentarios:

  1. Me gustan esos besos que revuelven, Raquel.

    Tu advertencia debería venir en las cajetillas del cariño.

    Mucha suerte con la convocatoria.

    Un beso en la piel.

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    1. Si vinieran las advertencias, también lo harían las contraindicaciones. Mejor dejarse llevar.
      Gracias Miguel, suerte a tí también.
      Besos.

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  2. Un hemoso texto lleno de sugerentes matices, que dan ganas de poner inmediatamente en práctica. Un saludo.

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  3. Gracias Ángel. No pierdas el tiempo en los placeres de la vida. Aún no se les ha ocurrido recortárnoslos pero mejor, no demos ideas.
    Besos.

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  4. Felicidades Raquel por la selección. Me alegro mucho.

    Un beso en la piel.

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