lunes, 6 de octubre de 2014

Nada

Varias veces al día me dejo morir, le hago una pausa a la vida y me adhiero a la nada.  Soy capaz de despojarme de los sentidos, envolverlos a modo de crisálida y anidarlos en mi ombligo.
Él dice, muy poético y a lo Neruda, que le gusta cuando callo, cuando estoy como ausente,  y lo hace sorbiendo la sopa, sin mirarme siquiera a los ojos.
Es en esa metamorfosis carente de todo tacto, cuando mi sangre lorquiana se derrama por la cuchara y mi piel se vuelve yerma.
Roberto Ferri. (Italia, 1.978)

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