martes, 7 de abril de 2015

Naúfrago

A cada vuelta del tambor de la lavadora, el calcetín viudo aviva la esperanza del reencuentro.
Busca desesperado y sin perder el resuello, entre las sábanas. Se escabulle de la servilleta, que trata de hacerle olvidar sus penas con las manchas de vino. En la huida se enreda en el tirante de un sujetador, comienza a asfixiarse.
 El ritmo de sus latidos se precipita más aún con la llegada del centrifugado. Escucha entonces gritar a los botones, que ansiosos, golpean la puerta. El ruido le retuerce, le revuelve.
La angustia y su ausencia terminan por estrangularlo.


9 comentarios:

  1. ¡Que bueno Raquel! A partir de ahora miraré a los calcetines con otra cara, sobre todo cuando tenga 'la colada del ciempiés' como decía mi abuela. Besotes y suerte con las nalgas (yo creo que voy d eculo con ellas...;P)

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  2. Me ha encantado, sobre todo, la imagen del calcetín escabulléndose de la servilleta, que trataba de hacerle olvidar sus penas con las manchas de vino.

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  3. Raquel, es genial tu micro, me ha encantado!!
    Besicos muchos.

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  4. Nunca nadie me había hecho sentir lástima por un calcetín, es la magia de las buenas letras como las tuyas. Un beso y gracias.

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  5. Las lavadoras son verdaderas máquinas "enviudadoras" de calcetines, pero quizás a veces, sean los calcetines los que se larguen hartos de una convivencia que empieza a oler mal...¿o de dónde pensabais que venía la palabra centri-fugado? ;)

    Genial Raquel!! la foto, me encanta!
    Saludos!

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  6. ¡Qué visión más original has encontrado a las vueltas del tambor! ¿Sabes que uno de mis primeros relatos iba de calcetines viudos? Si encuentro tu correo te lo envío.
    Besos.

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  7. Me alegra mucho volver a leerte :). Le das color hasta a la vida de un calcetín viudo. Mucha suerte Piel.

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  8. Triste final para el calcetín huérfano, je je. Yo que esperaba un final feliz de cesto de ropa limpia con olor a mimosín, je je.
    Un beso en la Piel.

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  9. Un relato que impulsa a mirar a esas piezas de tela, en apariencia simples, con otros ojos. Una historia bien urdida a partir de algo tan cotidiano.
    Un abrazo, Raquelm

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