miércoles, 21 de octubre de 2015

A corazón abierto

Un señor con levita que se parece a Pushkin se encarga de la intervención. Con pericia y de un solo tajo en el tórax, consigue una hendidura lo suficientemente amplia para que su ayudante me extraiga el corazón sin fisura alguna. 
Con brusquedad llenan la oquedad con guijarros y se llevan la poesía.
Hoy he sentido un cosquilleo en el pecho, ruido en el pedregal. Una lapa se ha adherido a mí. 
Juntos somos ahora acantilado, escenario de suicidios, estrado donde recitar versos de amor.


5 comentarios:

  1. ¡Qué preciosidad! Ni me imagino la poesía que harías antes de que te quitaran el corazón. Bravo, es genial.

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  2. Qué relato más poético y bonito. Felicidades.
    Besicos muchos.

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  3. Ese poeta ruso, que además en tu relato también es cirujano, no imaginaba que al extraer ese órgano y rellenarlo de piedras, la sensibilidad del paciente iba a incrementarse, y hasta iba a encontrar su media lapa.
    Un abrazo, Raquel

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  4. Me encanta. Nada que envidiar sl ganador.

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  5. Oooh...quiero decir...oh...vaya. Hermoso. Mucho. Envidia. Cochina. Mala. Raquel, eres buenisma.

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