miércoles, 9 de marzo de 2016

Gabo

Serán sólo cien palabras, contesta como un ritual Gabriel a su mujer. 
Cien, masculla ella mientras ultima la enchilada con abundante queso para gratinar, siempre dices cien. 
Él la escucha trajinar en la cocina y con una sonrisa vuelve al papel de su máquina de escribir que ansiosa espera sus manos. “Macondo era entonces una aldea de veinte casas”. Con esta frase pone fin a la página, saca el papel con calma y es, por el sonido que emite el rodillo de la Underwood, por lo que Mercedes sabe que se sentarán a cenar frío. Como cada noche.



3 comentarios:

  1. Muy bueno, mucho.
    Me gusta todo y... me lo imagino tan tan bien.
    Jope, felicidades

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  2. Muy bonito y frío tu relato, como esas letras. Me ha parecido buenísimo. Felicidades.
    Besicos muchos.

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  3. Qué buen homenaje y qué buenas letras. Ya me hubiera gustado haberlo escrito yo.
    Un abrazo, Raquel

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