viernes, 26 de octubre de 2018

Cambio horario

Éramos (casi) incompatibles. Él se regía por el horario de verano, guardaba en la piel el sol, el día. Yo siempre fui noche, luna  e invierno, razones estas que nos llevaron a encontrarnos tan sólo dos veces por año. Lo hacíamos en esa hora que no es de nadie, en ese momento mágico que existe y desaparece como si el tiempo pudiera aniquilar lo sucedido en 60 minutos. 
 Ahora quieren estropearlo todo con lo de aunar horarios, pero el amor es mucho más fuerte que todo eso. De hecho, yo ya he comprado mi billete a Canarias.

(Para los viernes creativos que propone Ana Vidal , hoy con la imagen de Elmar Geissler)

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