miércoles, 13 de marzo de 2019

Para Elisa

Un corazón de lana y acero comenzó a latir rítmicamente al compás de un tres por cuatro. Desde las primeras notas, y como acto de rebeldía, ella se desata sus zapatillas de ballet y comienza a bailar en torno a él; descalza, como siempre quiso hacer.
Un viejo botón casi desprendido de su rostro le hace un guiño. Le desata el tutú, con sus dedos torpes de trapo, y ella puede comprobar entonces, lo mullido de su cuerpo. Se encierran con urgencia en la cajita y las notas dejan de sonar.
Mientras, de espaldas a la magia, un niño absorto en su consola mata miles de soldados.


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