lunes, 1 de abril de 2019

Mala fortuna


   Anoche jugué con la parca a la ruleta rusa. Hace meses que viene proponiéndomelo pero ya le tengo dicho que las madres no disponemos de mucho tiempo.
   Aproveché que Paco se llevó a los niños a un partido de fútbol benéfico entre las viejas glorias del Madrid y el Palencia CF y la llamé por teléfono.
   Vestida de gala acudió con un revólver que seguramente conoció mejores tiempos. En un abrir y cerrar de ojos, se lo dejé como nuevo con el abrillantador de madera que le apliqué a las cachas y con las buenas friegas de amoniaco que tuve que darle al cañón para sacarle la suciedad incrustada, según me confesó, hace siglos.
   Antes de introducir la bala, charlamos de lo mundano y lo divino y brindamos con una botella de tequila que compré a tal efecto. Animadas por los efluvios etílicos y con la única compañía de su guadaña, nos sentimos felices.
   Llegado el momento disparé yo primero. Nunca tuve suerte en los juegos de azar.
  Sigo pensando en qué pondré mañana de comida mientras veo ese montón inmenso de ropa pendiente de la plancha.


Para el Círculo creativo de Burgos

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