sábado, 30 de abril de 2011

Infiel

Nos encontramos en la noche como lobos hambrientos,
Con las maletas cargadas de excusas que contar.
Nos vimos a contraluz, en blanco y negro,
 como una fotografía antigua.
Imaginé la sombra del engaño apuñalándome en la espalda.
Jugando con fuego y deseando arder en tu infierno.
Sin poder poner remedio a lo inevitable.
Deseando que aquella noche terminara cuanto antes 
y ansiando que el reloj se parara en aquel instante.
Nos despojamos de nuestras mochilas llenas de cargas.
Tus responsabilidades envolvieron las mías,
 colgando un cartel de “cierre por derribo”.
Al llegar la medianoche se nos acabó el tiempo como a Cenicienta.
Una última copa en un viejo antro. Un Taxi para ti, otro para mí.
Hasta nunca, pensé,
 pero mis labios sólo pronunciaron un susurrado Gracias.

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