martes, 20 de septiembre de 2016

Balas de borrar

El lápiz con el que ella, cada mañana, se lo dibujaba, apareció 40 años después en la cuneta, erguido entre la maleza, acunado por las amapolas, bien rojas, como a ella le gustaban.
Resurgió con la punta bien afilada; con la fuerza precisa para escribir su historia, la que otros trataron de borrar de un disparo.

1 comentario:

  1. Bonita historia piel. Lástima que quedara sin premio.

    Buen intento. Ahora, a mancharnos los dedos de harina (hay que ver con las frases de inicio....)

    Un saludo.

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