jueves, 25 de enero de 2018

La penúltima fiesta de fin de año

Ya recogerían la mesa mañana y barrerían el confeti que, de tanto jolgorio, tuvo la impertinencia de colarse incluso por su ropa interior.
Ya se arrepentirían al día siguiente, al verse juntos desnudos, en la misma cama, sin nada que contar y mucho que olvidar.
Tratarían de esconderse en los pliegues de la piel, en los surcos de cada arruga, para no pensar en lo que dirían sus hijos si se enterasen de lo que suele ocurrir en las fiestas del asilo.

(Fotografía Mercé Rodríguez)

1 comentario:

  1. Con un poco de suerte sus hijos crecerán y se harán lo suficientemente mayores como para aprender eso por sí mismos.
    Muy simpático.

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